El nombre propio que sigue resonando en las mentes de los aficionados a las carreras de caballos es el de Noray, un ejemplar que tiene una calidad y un corazón difíciles de igualar. Y es que el domingo pasado volvió a dar otro de sus recitales en punta, en esta ocasión para alzarse de manera incontestable con el GP Román Martín. Le da igual la distancia, no acusa los constantes cambios de monta, y ni siquiera le importa si la pista está dura o embarrada (como en el caso del pasado domingo) Él siempre cumple, y él siempre ofrece voluntarioso su mejor versión en cuanto toma el mando de la carrera. Marca delante un ritmo tan exigente, que oponentes de una calidad envidiable se quedan sin opciones ¡Caballazo!

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