Una semana más el VAR no pasó desapercibido en nuestra liga, y de nuevo para añadir notas negativas en más de un estadio de nuestro país. Yo no dudo que el sistema -que merece tiempo y paciencia- no esté ayudando más que otra cosa, pero lo que no es menos cierto es que hay errores ciertamente incomprensibles. Un par de ejemplos que claman al cielo: el domingo, en el Villamarín, al Atlético de Madrid se le dejó sin señalar un penalti que, si bien en directo podía ofrecer dudas, tras infinitas repeticiones y perspectivas no dejaba lugar al fallo arbitral. Aun así, los colegiados se mantuvieron firmes en su error y miraron hacia otro lado. Yo no digo que esa inexplicable decisión le costase el encuentro al club colchonero, pero lo que sí es cierto es que le restó una importante probabilidad de sacar algo positivo. Y otra desafortunada y llamativa decisión se tomó ese mismo día en el Bernabéu; el colegiado de la contienda se dejó llevar por su asistente en una jugada de gol para el equipo de casa. El linier levantó como un resorte el banderían con aires de notoriedad (en vez de dejar jugar y levantarlo al término de la manifiesta ocasión de gol) y privó a la afición merengue en particular (y a la del fútbol en general) de una preciosa acción de contraataque de ésas que cada vez se ven menos. Inexplicable. Espero que este sábado en el Wanda Metropolitano el señor Estrada Fernández (del colegio de árbitros catalán por si a alguien le quedaban dudas) trate de hacer justicia en el derbi y deje a los futbolistas ser los verdaderos protagonistas. Y en cuanto a mi favorito para este Atleti-Madrid, diré que el choque llega en una situación muy equilibrada. Creo que, aunque los discípulos de Simeone vengan de perder, podrían sacarle un gran provecho al esfuerzo que este miércoles realizó el Madrid en el Nou Camp.
Este sábado (16:15 h) el balón echará a andar en el Wanda con un gran y común objetivo a la vista para colchoneros y merengues: el 2º puesto en la liga ¡El Madrid necesita ganar para hacerse con esa posición!