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El videoarbitraje sigue generando dudas

Si la semana pasada utilicé este espacio editorial para hablar sobre el VAR, de nuevo debo ocupar todas estas líneas para opinar sobre la enorme polémica que se sigue generando alrededor del mismo. Y es que en esta jornada pasada aprecié, como mínimo, tres errores mayúsculos a pesar de que los colegiados cuentan con cámaras desde todos los ángulos posibles. Lo malo es que todas esas jugadas, a pesar de que la tecnología ayuda, siguen siendo revisadas y analizadas por personas que parecen tener criterios dispares. Un ejemplo de aspectos que, para mí, siguen siendo incomprensibles en el arbitraje moderno: el pasado sábado el Real Madrid, en su partidazo contra el Sevilla, lanza una contra de libro. Y pasados casi 10 segundos, Mateu Lahoz decide parar el juego porque el corner anterior (a favor del Sevilla) parece haber salido. Pues bien, ni el balón había salido, ni el colegiado debió parar esa jugada. No se me ocurre una manera peor de dañar el espectáculo que parando un encuentro por errores así (el único que apreció que el balón había salido del te-rreno de juego del Bernabéu fue el linier) Y pongamos que por milímetros hubiera acertado: dejemos entonces jugar, dejemos ver si la jugada acaba en gol, y luego ya revisamos el vídeo. Porque ésa es otra, las imágenes o famosos “frames” (=fotogramas) siguen siendo en muchos casos propiedad privada de los árbitros. En TV, con esa actitud de no mostrar las imágenes “clave” a partir de las cuales se toman las decisiones VAR, no se hace más que generar confusión entre los espectadores/aficionados (que al fin y al cabo son los que sostienen este deporte) Otro ejemplo disparatado lo ví el domingo en Villarreal. Un gol que se le anula al Athletic de modo inverosímil, mientras los encargados del Videoarbitraje ocultan el frame clave ¿Pero por qué?

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