A las puertas de otro fin de semana con parón obligado de la liga por los compromisos de las selecciones, es imposible obviar un dato muy relevante: ni Barcelona, ni Real Madrid ni Atlético encabezan la clasificación de Primera División. El Sevilla es el nombre que preside la tabla tras un comienzo de temporada atípico en la que los equipos más fuertes han fallado con una frecuencia muy superior a la que es habitual en ellos. Mientras los catalanes y los atléticos ya se han dejado por el camino nueve puntos (en sólo ocho jornadas disputadas en el campeonato doméstico) los madridistas van incluso más allá habiendo sumado únicamente catorce de los veinticuatro puntos puestos en juego. Para que nos hagamos una idea precisa de lo que esto significa, basta con ver la puntuación del lider del año pasado (el Barça, con 93 puntos) para concluir que, a este ritmo de tropiezos, el conjunto culé terminaría sumando este año alrededor de 71 puntos. Se frota las manos (y hoy por hoy los ojos) el club sevillista que, con casi la misma cifra goleadora que el temible Barcelona, ha aprovechado para pescar en aguas revueltas el primer puesto del torneo regular más prestigioso del mundo. En todo caso, y a pesar de lo llamativo que pueda parecer que ninguno de los tres grandes de nuestra liga dominen la tabla, esto no ha hecho más que comenzar. Queda casi el 80% del campeonato por delante, y seguro que la situación revertirá a no mucho tardar. De no ser así, el gran damnificado en los banquillos sería a todas luces Julen Lopetegui, mister merengue al que le han dado de plazo hasta el 28 de octubre para reaccionar (fecha en que su equipo se medirá al club culé en el Nou Camp) ¡Situación delicada!
