Situaciones atípicas las que están viviendo en las últimas semanas tanto Madrid como Barcelona. Si bien resulta extraño ver fallar puntualmente a equipos de estas dimensiones, mucho más desconcertante resulta verles fallar casi de modo habitual. Y es que quién les iba a decir a merengues y culés que iban a acumular tantos tropiezos con la temporada aún recién empezada. Para los blaugranas, sus “humildes” verdugos han sido clubs como Girona, Athletic o Leganés. Para los blancos, conjuntos como el mencionado Athletic, el Sevilla o el CSKA en Champions este mismo martes. Respecto a este último, hay que decir que no le pudo salir un partido más rentable con una propuesta de juego menor. Los rusos aprovecharon a la perfección un tempranero fallo de Kroos (secundado por Varane) y supieron guardar la ropa hasta que el colegiado rumano Ovidiu Hategan dió por finalizado el encuentro. Las portadas de la prensa deportiva habrían sido muy distintas si algunas de las múltiples opciones de gol de las que dispuso el Real Madrid hubiesen subido al videomarcador del estadio de Luzhniki (incluídos tres disparos al poste) pero la suerte quiso que el resultado fuese el que fue. Personalmente tengo claro que el equipo merengue no se mereció perder, pero igualmente percibo con claridad cierta confusión de ideas desde el banquillo madridista. Si bien es cierto que las bajas de Bale, Isco, Marcelo, Ramos y compañía no están ayudando a la conformación de un “once”, también me parece claro que Lopetegui no termina de acertar con su esquema de juego. Me da la sensación de que el equipo merengue echa en falta a un ariete puro ¿Y qué tal Mariano como titular? Todo es probar.
