Antes de nada, felicitar sinceramente a nuestra vecina Francia por su reciente galardón de campeona del Mundo de fútbol en Rusia. Los jugadores entrenados por Didier Deschamps (que por cierto se convirtió con este éxito en el tercer profesional, junto a Zagallo y Beckenbauer, que logra un Mundial tanto de jugador como de entrenador) mostraron sobre la hierba todo aquello que se necesita para llegar a lo más alto: compromiso, pasión, velocidad, buen trato de balón y un hambre voraz. Con nombres propios como los de Varane, Pogba, Mbappè o Griezmann, el conjunto galo consiguió el segundo campeonato del Mundo de su extensa historia. Para quienes no lo recuerden, el único gran torneo de selecciones que habían ganado los franceses había sido el de 1998, precisamente disputado en Francia y tras vencer en la final a Brasil por un incontestable 3-0 en el Stade de France de Saint Denis. Veinte años después, vuelven a estar en lo más alto posible ¡Mi sincera felicitación! Y ya que de nuestra selección hay poco o nada de lo que hablar, me centraré en los clubs de nuestro país que ya comienzan a prepararse de cara a una nueva campaña de liga. Con todos los equipos de vuelta a los entrenamientos (aunque aún sin las justificadas ausencias de los mundialistas) siguen siendo muchísimos -como cada verano- los rumores de idas y venidas de diferentes nombres propios. Y de entre todos ellos, el que promete convertirse esta vez en el gran culebrón es el de Neymar por el Real Madrid. Aunque, eso sí, no será por el presidente de la parte contraria (el intratable del PSG Nasser Al-Khelaïfi) que ya ha asegurado por activa, por pasiva y por perifrástica que su futbolista estrella permanecerá con absoluta seguridad en su club actual. Con todo y con eso, se tendrá que medir a un Florentino Pérez que, cuando algo se le pone entre ceja y ceja, es capaz de casi todo. Y más tras embolsarse los 117 millones de euros que ha dejado Cristiano en las arcas tras su marcha a la Juventus.
