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¡Un clásico de Ramos!

El madridismo quedó medianamente satisfecho con el empate a uno de esta tarde en el Camp Nou. Y no porque el Barcelona fuera superior durante la mayor parte del encuentro (que no lo fue) si no porque el gol merengue llegó cuando el videomarcador culé indicaba el minuto 90. Así es el Madrid, así es Ramos, y así es el dulce fruto de buscar el éxito hasta el último segundo de cada encuentro; de eso el Real Madrid sabe, y mucho. No es suerte, es pura ambición y orgullo.


Por lo que respecta al partido en sí, subrayar que la primera parte fue de dominio blanco con la figura de un Luka Modric inconmensurable que tomó la batuta del partido (bien acompañado por su compatriota Kovacic) dejando en clara evidencia al talentoso binomio de centrocampistas catalanes formado por Busquets-Rakitic. Mascherano (que cometió dos penaltis en los 23 minutos iniciales) también estuvo muy lejos de su mejor nivel. Tampoco Messi (ni Ronaldo) tuvieron una tarde soñada. Los dos cracks tuvieron más intención que juego. Pero algo cambió en la segunda parte a raíz de la reaparición de Iniesta; nuestro héroe nacional tuvo media hora para demostrar al mundo entero cómo se juega a esto del fútbol: fácil, rápido y preciso, todo en uno. Fue entonces cuando el Barça dominó (coincidiendo con el gol blaugrana a balón parado) y cuando el público se vio realmente ganador. Pero no todo iba a ser tan sencillo frente al indiscutible lider de nuestra Liga, el equipo que acumula infinitos partidos sin conocer la derrota de la mano de un Zinedine Zidane (pleno de prudencia) que sigue haciendo Historia a cada partido al frente de su querido banquillo. Ramos devolvió el golpe en otra acción a balón parado, dejando mudo a un Camp Nou que empieza a acostumbrarse a no saber de qué manera hincarle el diente a un Real Madrid con una fe en sí mismo difícil de igualar.

Foto: Rubén Ortega

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